jueves, 23 de abril de 2009

Miss Fantasma


¿Los fantasmas existen?, claro que si.
Muchos hablan de Fantasmas. ¿Misteriosos Monstruos?... ¡Que imaginación!. No voy a hablar de "Fantasmas monstruosos", sino de nuestros fantasmas a quienes en verdad debemos temer. Seguramente dirán que alguien que cree que los fantasmas son creados por el mismo está loco, puede ser.
Pero yo he visto fantasmas, están y no están, solo yo puedo sentirlos. Son mis fantasmas. Me da gusto verlos y me da miedo a la misma vez. Será que en verdad necesito de esa persona. Será que la extraño.
Está ahí, puedo sentirla. ¿No la ves?. Es ese olor, lo conozco. Se que me está mirando fijamente desde algún rincón de la habitación. Espera que haga algo ¿que debo hacer?. Quizás deba dejar de escribir sobre ella. Quizás esté esperando leer algo que yo le dedique. Un Haiku:


Sabes que siento,
estas leyendo mi ser.
TE AMO, lo ves.



Aún sigues ahí estática, adormecida. Ya no vibras, no respiras pero tu presencia es tan fuerte. ¿Que quieres de mi?, ¿me vas a hacer daño?. No te acerques. No me dejes.
Me siento atrapado en la inmensidad si no puedo tocarte. Solo aire a mi alrededor, pero que bien sienta el aire cuando se que estás cerca.
Ya casi puedo verte reflejada en la ventana, estás detrás mío, con tu pera apoyada en mi hombro. Tus ojos muestran tristeza, casi se ven tan preocupados como los míos. Es difícil ser feliz sin poder tocarte, sin conocer tu reacción a mis palabras, sin que me digas que me amas.
Te regalo un verso.


Siempre estarás en mí,
entre la sombra y la luz.
No es fácil amarte así
pero te amo más que a mi cruz.


La noche está ahora muy avanzada, ya sin retorno. Los primeros claros de sol hacen el intento de terminar con esta noche de nostalgia. Me acaricias el pelo adormeciendo mi cuerpo, mi conciencia, y mi ansiedad.
De golpe el sol se aventura por la habitación con el único fin de estrujar este momento y tirarlo directo al tacho de los recuerdos. Siento que te desvaneces, quiero abrazarte por última vez pero ya es tarde. Has dejado un vacío en mi habitación que no llenaré con palabras escritas.