lunes, 15 de febrero de 2010

Anhedonia

La noche se hace día nuevamente. Solo quiero descansar...
Mi cuerpo está agotado, mi mente está agotada pero mi corazón y mi alma siguen adelante. Esto parece no tener fin.
Quisiera poder arrancarte de mi y escapar lejos donde no puedas llegar. Pero es imposible. Estás en mi, en mis pensamientos, mis palabras, mis letras. Soy quien soy gracias a vos. A veces me esfuerzo por despojarme de todo lo que dejaste en mi, pero no me gusto; me desconozco.
Dejaste tanto en mi y sin embargo ¿Qué dejé en vos?. Alguna vez creí que solo fue filosofía barata y zapatos de goma, pero si algo de eso te acompañara hoy no me destrozarías así. ¿Que he hecho yo por vos?. Nada, es verdad. Tal vez es el deseo de retribución lo que me persigue o el saber que te dejé ir. De cualquier manera no estoy tranquilo.
Maldito sea al momento en que no te di lo que deseabas. Maldigo y me maldigo por no saber hacerte feliz.

El reloj no se detiene, las hojas del calendario caen cual hojas de árbol en otoño y las veo cubrir el piso. Solo la esperanza de tener tiempo por delante para cumplir mis deseos y promesas. Solo eso basta.